Tu llegada

El veinticuatro de marzo, ese día nuestros ojos encontraron lo que buscaban por tanto tiempo, alguien para depositar ilusiones y esperanzas.


Dime, ¿cómo se oye el crujir de un corazón al romperse? 
Porque cuando llegaste, lo has de haber oído.
¿Es difícil saber que quizás no podrás repararlo? 
Pues olvida eso, ya lo has remendado con tu presencia;
Lo has cosido con tus caricias y  lo estás sanando con tus besos.

Dime, ¿es sencillo querer a alguien herido?
Es complicado sembrar esperanza en un alma perdida, 
Sin embargo, lo has hecho.
En ocasiones te siento tan lejos, pero tan cerca, y sólo temo,
Temo que te marches por donde has venido.

Dime, ¿tendrías el valor para secar mis lágrimas?
Ya he dejado de derramar recuerdos, 
Me has enseñado a tener esperanzas, pero algún día te marcharás
¿Estarás a la disposición de volver y decirme que todo "estará bien"?

Dime, ¿qué viste en mis ojos cuando llegaste aquel día?
Sólo había desesperanza, desconfianza, tristeza, dolor,
Pero aún así, te acercaste y dijiste que todo estaría bien,
Me hiciste sentir como si mis problemas hubiesen terminado 
Por el simple hecho de tenerte a mi lado.

Dime, ¿fue un reto decirme "te quiero"?
No sabía cuando llegarían esas palabras,
Creía que jamás las oiría de nuevo,
Que mi mundo tenía que mantenerse con abrazos de consuelo,
Con palabras de apoyo, nada más.
Y llegas tú, con tus mejores sentimientos, ayudándome a sanar,
Tolerándome, entonces todo he mejorado poco a poco,
Sólo escribo estos trozos de sentimientos para decirte dos palabras,
Dos palabras que quizás cambien las cosas,
Que quizás me aferren a tu presencia...

Sólo quería decirte, te quiero.

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