Decisiones

Aquellos labios con cianuro que eran de mi fascinación... Tan sólo por poco los hubiese besado, tan sólo por poco hubiésemos muerto juntos.


El café se había enfriado y el libro que tenía entre mis manos ya no me entretenía. Había transcurrido un tiempo razonable, pero aún no hacía presencia. El tiempo, siempre discutía conmigo, no me hacía caso alguno y habitualmente se encontraba en mi contra ¿qué tan testarudo puede llegar a ser? Eso ya no importaba, sólo podía pensar en su cabello crespo entre mi rostro, esos largos y oscuros risos vagando entre mis manos, sus risas recorriendo los pasillos, sus mirada seductora persuadiéndome cada vez más y más.

Día nublado, no tan distinto como cualquier otro; dejé de observar el cielo, lo único que hacia era deprimirme. Sólo le tendría a ella a mi lado para hacerme compañía si en algún momento llegaba, claro. Siempre me ha disgustado esperar, mi impaciencia me caracterizaba, pero por ella esperaría el tiempo que fuese.

Bajé de mi cama y me asomé por la ventana que daba hacia el pórtico, nada. ¿Dónde se había metido? Nunca llegaba tan tarde, normalmente era yo el que se retardaba. Busqué el móvil con esperanza de que alguno sus mensajes estuviesen en él, explicando su demora o su inasistencia, pero sólo lo encontré como yo, vacío.

El silencio me aturdía más de lo habitual, bajé para esperarla afuera, así escucharía el cantar del viento que quizás lo único que podría indicar es que se acercaba una tormenta. Quizás debí haber estado fuera desde un comienzo, quizás debimos habernos visto lo más pronto posible en vez de evadir nuestro problemas, pero ya era tarde, siempre lo era.

La puerta ya estaba abierta de par en par, y ella estaba en el suelo, sin vida. Los labios eran de un color grisáceo, muy similar al del cielo, sus ojos con las pupilas dilatadas, tanto que ya no podía avistar la miel que ellos contenían. ¿Qué había ocurrido? Nada tenía sentido.

Me agaché para tomarla entre mis brazos y al hacerlo algo se desprendió de su mano; una botella con un escrito pegado en ella. La cogí entre mis manos para examinarla, era pequeña, sólo podría contener un trago tan corto como para una persona. Su etiqueta decía lo siguiente: "¿Juntos por siempre?"

Entonces mi mundo se vino abajo, una nota devastadora. Las últimas palabras que tuvimos fueron esas, ella lo gritó mientras yo me alejaba furioso después de haber discutido hace algunas semanas. 

Volví mi vista a ella, por la conmoción no había detallado la comisura de sus labios. Tenían un polvo blanco en ellos; era un hecho que eso la había asesinado, o utilizando los términos correctos, con eso se había suicidado. Si tan sólo me hubiera devuelto a consolarla, pero ya no había vuelta atrás, ahora la decisión era mía.

Recuerdos, sólo eso era lo que corría por mis mejillas, sentimientos resquebrajados por una tragedia inesperada. Un encuentro con un ángel el cual acaba de fallecer a causa de un demonio. Fijé la vista nuevamente en aquellos encantadores gemelos; quizás la poca cordura que conservaba había desaparecido, quizás mi visión me jugaba una broma de mal gusto... sólo veía en sus labios unas palabras que no eran inusuales para mi; sí, en ellos estaba escrito lo siguiente: "Esperanza".


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Letras confusas